Bodega Andeluna | Mendoza

Con un juego de palabras, la bodega Andeluna transmite su esencia: Ande, la montaña que el hombre conoce y cultiva; Luna, luz, inspiración, magia.

En medio de este encuentro entre lo terrenal y lo mítico, la sensación es la de estar en un cuadro. De estos que reflejan un paisaje: natural, romántico, bucólico.

La ubicación es privilegiada: una zona alta del Valle de Uco, con viñedos que se extienden hasta el horizonte y que parecieran estar limitados únicamente por el contorno de los Andes. En contraste con el paisaje, el edificio de la bodega se proyecta con tranquilidad, casi timidez; una afirmación de que aquí el terruño es lo más importante.

Construida en 2005, la bodega sólo utiliza materiales de la zona, principalmente bloques de terracota y madera. En el interior, los muebles retro y las cortinas de terciopelo invitan al visitante a una degustación sin apuro. Pero no sin antes realizar un recorrido por el local, que posee capacidad para almacenar 1.000 barricas de roble y 1 millón de botellas, así como un espacio para degustaciones privadas.

Y nada de esto sería memorable sin, por supuesto, los vinos. Variados, siempre elegantes, con líneas de entrada, premium y de edición limitada.

Experiencia Andeluna: degustación de vinos y juego de maridaje

Entre sus opciones de experiencias enoturísticas, la Bodega Andeluna ofrece almuerzos, puestas de sol, juegos de maridaje, clases de cocina y catas.

Hice la degustación de vinos con juego de maridaje. Tres vinos de la línea Pasionado (Malbec, Cabernet Franc y Blend Cuatro Cepas), maridados con tres aperitivos (pasta de berenjenas, queso azul, jalea de tomate y pimientos), donde la propuesta era probar diferentes combinaciones, para entender cómo interactuaban las características de los alimentos con los vinos.

Una experiencia entretenida e interactiva, ideal para aquellos que sienten curiosidad por aprender más sobre maridajes entre comida y vino.